Las prótesis de cadera y rodilla son piezas mecánicas que tienen un diseño ajustado a las características anatómicas y funcionales de cada articulación. Están hechas de distintos materiales metálicos, como acero, titanio, tantalio, plásticos como el polietileno y cerámicos, que reproducen la movilidad de dichas articulaciones, eliminan el dolor y restauran la función del paciente, mejorando así su calidad de vida.
¿Cuándo se recomienda el uso de una prótesis?
El momento de la sustitución protésica de una articulación es exclusivo de cada paciente (en función de sus expectativas funcionales, deportivas e incluso laborales) y de si los tratamientos conservadores han fracasado. No depende de la edad, aunque como norma general hay que intentar retrasarlo en la medida de lo posible, siempre que la calidad de vida sea aceptable, dado que como toda pieza mecánica está sujeta a desgaste y en pacientes jóvenes deben estar advertidos de la posibilidad del recambio futuro.
Es importante remarcar que el especialista traumatólogo no debe conformarse con la simple radiografía, hay que explorar y conocer con detalle al paciente, pues como digo siempre en consulta, no operamos radiografías, operamos pacientes.
Postoperatorio de la operación de prótesis de cadera y de rodilla
Tanto en el caso de la prótesis de cadera como de rodilla, en condiciones normales la estancia hospitalaria oscila entre 3 y 4 días. La diferencia es significativa en cuanto a la necesidad de rehabilitación y al dolor postoperatorio.
La cadera no suele precisar rehabilitación, si acaso reeducación de la marcha y en dos meses el paciente está francamente recuperado, y con mínimos dolores durante todo este tiempo.
La rodilla es otra cosa, precisa rehabilitación intensiva y precoz. El dolor, aunque con las diferencias evidentes entre pacientes, es intenso, y hace que los tres primeros meses de recuperación sean duros.
Los resultados, en ausencia de complicaciones graves que gracias a Dios suelen ser infrecuentes, son en líneas generales magníficos y hacen que los pacientes mejoren su calidad de vida. Todo ello hace que los pacientes sean más proclives a intervenirse de una nueva articulación desgastada sin las esperas y los temores de la primera vez.